Muchos
deportistas tenemos, sin saberlo, algún hábito alimenticio
estrafalario. Pueden ser simples antojos que estropean un buen
entrenamiento o grandes desastres alimenticios que perjudican nuestra
salud.
Pero es
cierto que los deportistas tendemos a crear algunos hábitos
alimenticios un tanto extraños, motivados por nuestra preocupación
por el peso y la energía. Olvidamos que una dieta adecuada es una
dieta equilibrada, variada y acorde con nuestro entrenamiento para
someternos a dietas demasiado restrictivas que no sólo no nos
ayudan, sino que pueden acabar con nuestro rendimiento y nuestra
salud.
Estos
son algunos de los "personajes nutricionales" que crean
estos hábitos estrafalarios. ¿Estás seguro de que no te
identificas con alguno?
Pasas
hambre todo el día y luego te atracas?
Comer poco
todo el día y ponerte "morado" en la cena es algo parecido
a llenar el combustible del coche una vez has llegado a tu destino.
Aunque parezca mentira, esta es una actitud muy común entre algunos
deportistas.
Es
frecuente que con el propósito de adelgazar se maten de hambre todo
el día, pero cuando llegan a casa cansados y hambrientos después de
entrenar no puedan resistir la tentación de darse un atracón.
Esta
distribución loca de las calorías puede tener un serio reflejo en
tu rendimiento deportivo. Si entrenas por la tarde este tipo de
alimentación hace que termines de entrenar con las reservas
totalmente vacías o incluso que tengas que dejar tu entrenamiento
antes de lo previsto. Para los deportistas de mañana, el perjuicio
es aún mayor, porque su capacidad de recuperación depende de los
alimentos que van a consumir con el desayuno y el almuerzo.
Lo
que tienes que cambiar...
Para
mantener la energía y los niveles de azúcar en sangre a lo largo
del día, haz comidas equilibradas que contengan hidratos, proteínas
y grasas, sin dejar pasar más de 3 a 5 horas entre ellas.
Tómate
dos tentempiés cada día (por ejemplo, un puñado de avellanas o un
trozo de queso fresco con una tostada).
- Planea
tus entrenamientos en función de las comidas o las comidas en
función de los entrenamientos. Debes llenar los depósitos uno hora
o dos antes de entrenar y reponer fuerzas dentro de la hora
siguiente a que termines de entrenar.
¿Consumes
muchas barritas energéticas?
Muchos
deportistas toman barritas porque son un buen método para conocer
exactamente qué están comiendo: calorías, hidratos de carbono,
proteínas, grasas y hasta vitaminas y minerales aparecen
perfectamente especificados en el envoltorio.
Piensan que
este es el mejor sistema para controlar su alimentación, pero se
olvidan de los beneficios que suponen los alimentos completos. Cuando
los alimentos procesados desplazan a los naturales se pierde la fibra
y otras sustancias beneficiosas para la salud que se encuentran en
las frutas, vegetales y cereales integrales.
También puedes
estar ingiriendo en exceso alguno de los nutrientes en los que la
mayoría de las barritas vienen reforzadas. Por ejemplo, muchas
contienen el 50% de la cantidad diaria recomendada de zinc. Si comes
unas cuantas, puede producir un desequilibrio mineral.
Lo
que tienes que cambiar...
No
pienses que las barritas pueden sustituir a una comida puesto que no
contienen el espectro adecuado de nutrientes.
Sirven
como un snack ocasional antes y después de entrenar.
Cuando
elijas una barrita, escoge una confeccionada con alimentos completos
(frutas, cereales integrales, frutos secos) y que no contengan
ácidos grados “trans”, muy perjudiciales para tu salud
cardiovascular.
- Si en
un apuro tuvieses que sustituir una comida por una barrita,
asegúrate que la acompañas de un alimento natural: una pieza de
fruta fresca, un yogur o una loncha de queso.
¿Comes
todo lo que te gusta?
Hay muchos
deportistas que viven totalmente despreocupados de los errores
garrafales de su alimentación. Otros son conscientes, pero incapaces
de cambiar estos hábitos, así que se han convencido a sí mismos de
que pueden llegar lejos comiendo de todo o cualquier cosa.
Es cierto
que los deportistas de resistencia necesitan muchas calorías y que
no es grave si tomas un par de galletas o una chocolatina de vez en
cuando. Pero nadie, por mucho que entrene, puede sobrevivir
saludablemente a base de comida basura.
Así que olvídate:
en la máquina de tu oficina no vas a encontrar los nutrientes
que necesitas para entrenar al 100% y recuperarte correctamente.
Sabemos que romper con esos malos hábitos puedes ser muy complicado.
Lo mejor es acabar con asociaciones tales como: "después de
correr, me tomo un chocolate". Prueba a comer otra cosa (por
ejemplo, medio plátano).
Lo
que tienes que cambiar...
Mantén
el equilibrio entre los alimentos que quieres y los que necesitas.
Construye
cada comida en función de tus necesidades y concédete un
caprichito de vez en cuando al final de la comida. Una dieta
demasiado "limpia" tampoco es conveniente. Terminarás por
caer en alguna gran tentación.
Sustituye
tus "vicios alimentarios" por otros menos perjudiciales.
Si te apetece chocolate, puedes comer fresas bañadas en chocolate.
Si quieres un snack salado, toma queso fresco o algún vegetal
crujiente como zanahoria o apio bañado en salsa de yogur.
- Nunca
comas comida basura con el estómago vacío. Es casi garantía de un
atracón.
Entrenas
y luego te vas de copas
Curiosamente,
muchos deportistas beben más alcohol que las personas sedentarias.
Ten una cosa clara: no importa lo que entrenes, los beneficios del
alcohol se acaban en cuanto tomas más de un vaso o dos al día.
Exceder esa cantidad perjudica la salud, especialmente en el caso de
los deportistas, que debemos tener especial cuidado con mantener los
niveles adecuados de hidratación.
Los excesos del "sábado
noche" se pagan el resto de la semana. No pienses que por
entrenar más duro al día siguiente, vas a compensar unas copas de
más o una noche sin dormir.
Lo
que tienes que cambiar...
Siempre
que puedas, toma las bebidas alcohólicas diluidas. Si comes con
vino, que sea con gaseosa.
Bebe
por lo menos un vaso de agua por cada vaso de alcohol, así ayudarás
a tu cuerpo a reponerse.
- Después
de un entrenamiento o una competición, lo primero que debes tomar
es agua o una bebida isotónica. Deja la cerveza para más tarde.
No
quieres consumir ni un poco de grasa
Por cada
adicto a la comida basura hay un fóbico a la grasa. Aunque está
demostrado científicamente que la grasa es necesaria para
mantenernos sanos, muchos deportistas la consideran el enemigo número
uno a la hora de mantenerse delgados.
Las "grasas
buenas" bajan el colesterol, colaboran en la absorción de las
vitaminas, ayudan en la digestión y regulan el metabolismo. Y como
tu cuerpo empezará a tirar de grasas cuando tus reservas de
carbohidratos estén vacías, el consumo de grasas es especialmente
importante para los deportistas de resistencia. No consumir un mínimo
de grasa incrementa el riesgo de lesión y perjudica tu sistema
inmune.
Lo
que tienes que cambiar...
Conoce
la diferencia entre las grasas que son buenas para tu salud
(monoinsaturadas, poliinsaturadas y omega-3) y las que te perjudican
(saturadas y grasas trans).
No
te vuelvas loco con los porcentajes. Trata de consumir un gramo de
grasa saludable al día por kilogramo de peso corporal.
- Añade
grasas buenas a los alimentos naturales bajos en grasa que consumes
habitualmente. Por ejemplo, añade un chorrito de aceite de oliva a
tus ensaladas
¿Entrenar
con el estómago vacío adelgaza?
Muchos
deportistas salen a entrenar sin haberse alimentado correctamente,
aunque hay estudios que demuestran claramente que un snack antes del
entrenamiento mejora tus niveles de energía y tu rendimiento.
Muchos dicen que se sienten mejor entrenando con el estómago
vacío, otros son deportistas tempraneros que no se sienten con
fuerzas de levantarse a horas intempestivas para que les dé tiempo a
digerir el desayuno antes de entrenar.
Pero no necesitas comer
mucho para beneficiarte de un aporte de energía. Una rebanada de
pan, una pieza de fruta o un yogur te ayudarán a entrenar más duro
y mejorar antes.
Lo
que tienes que cambiar...
Si
entrenas por la tarde o por la noche, tómate un snack de entre 60 y
100 g de carbohidratos unas dos horas antes del entrenamiento. Es
tan fácil como comer un plátano.
Si
corres por la mañana y se te revuelven los alimentos sólidos,
puedes tomar esos carbohidratos a través de yogur líquido, bebidas
de desayuno o bebidas deportivas.
- Tu
cuerpo se habituará antes a la carrera con una pequeña cantidad de
alimento en el estómago. Prueba con diferentes tipos de
carbohidratos para averiguar cuáles te van mejor. Lo que para un
deportista resulta indigesto puede sentarle fenomenal a otro.
¿Crees
que las proteínas son determinantes?
Los
deportistas necesitan más proteínas que las personas sedentarias,
puesto que son necesarias para la construcción y recuperación
muscular. Pero para este proceso es necesaria una cantidad de
proteínas relativamente modesta.
A partir de
ese límite, consumir más proteínas no va a construir más músculo
ni incrementar la fuerza. Un consumo muy excesivo puede además
perjudicar el hígado y los riñones. Pero el principal problema para
los deportistas es que se suelen consumir en perjuicio de otros
nutrientes muy necesarios, como los hidratos de carbono.
Lo
que tienes que cambiar...
Trata
de que tu consumo diario de proteínas suponga entre el 10 y el 15
por ciento de las calorías que consumes habitualmente.
Distribuye
tu consumo de modo que te ayuden a recuperarte de los
entrenamientos, consumiendo después de entrenar un tentempié que
contenga carbohidratos y proteínas en una proporción de 4 a 1
(como un sandwich de pavo o cereales con leche).
- Si
sientes ganas de picar, recurre a fuentes de proteínas bajas en
grasa, como atún o una pechuga de pollo o pavo.
¿Cuantas
más vitaminas y minerales, mejor?
Al abusón
de suplementos le ocurre lo mismo que al obseso de las proteínas:
está convencido de que si algo es bueno, nunca es demasiado. Pero
tanto las vitaminas como los minerales son efectivos sólo en dosis
adecuadas y sólo cuando existe una deficiencia. Más aún si tomas
muchos alimentos enriquecidos además de suplementos vitamínicos.
Entre los
deportistas no es infrecuente un consumo excesivo de suplementos que
en grandes cantidades puede producir problemas de salud.
Lo
que tienes que cambiar...
¿No
bebes mucho líquido?
No nos
cansamos de contaros los beneficios de una buena hidratación, pero
algunos deportistas siguen comportándose como si fueran camellos.
Beben después del entrenamiento cuando tienen sed y se olvidan de
ingerir líquidos hasta el siguiente entrenamiento.
De este
modo, inician todos los entrenamientos en un estado de permanente
deshidratación que perjudica su rendimiento. La deshidratación
afecta a la capacidad de nuestro cuerpo de deshacerse del exceso de
calor generado por el trabajo muscular, por lo que no podrás
mantener la misma intensidad de ejercicio. Si persiste la
deshidratación, puedes llegar a padecer graves problemas de salud.
Lo
que tienes que cambiar...
Una
hora o dos antes de entrenar bebe medio litro de bebida deportiva
que contenga carbohidratos.
Si
estás haciendo entrenamientos muy largos debes estar especialmente
atento a tu orina. Debes tener la necesidad de orinar por lo menos
una vez cada tres horas y el color de tu orina debe ser amarillo
pálido.
- Para
determinar tu grado de sudoración, pésate antes y después de un
entrenamiento duro. El peso que has perdido es el volumen de
líquidos que debes reponer. Si has perdido medio kilo, debes beber
por lo menos medio litro. Mejor pasarse que quedarse corto.
¿Gastas
mucho más de lo que comes?
En este
apartado entran dos tipos de deportistas: los deportistas de
ultra-resistencia que queman tantas calorías que terminan por perder
peso involuntariamente, y aquellos que intencionadamente utilizar el
entrenamiento para perder peso a base de aumentar el volumen de
entrenamiento y recortar las calorías.
Privar a tu
cuerpo del combustible necesario para sus actividades diarias fuerza
a tu organismo a entrar en una especie de estado de canibalismo en el
que utiliza sus propios músculos como combustible. Evidentemente,
esta situación resulta contraproducente a largo plazo para tu salud
y tu rendimiento.
Lo
que tienes que cambiar...
Para
perder peso lo mejor es concienciarse, elegir alimentos más
saludables y comer pequeñas cantidades a lo largo de todo el día
para mantener activo tu metabolismo. En cualquier caso, no es
conveniente que una mujer activa ingiera menos de 1.500 calorías al
día ni que un hombre activo coma menos de 1.800.
Asegúrate
de que las calorías necesarias para tus entrenamientos proceden de
alimentos de calidad, en especial carbohidratos que aseguran tu
rendimiento.
- No
pienses en los alimentos como calorías, sino como combustible.
Puedes entrenar porque comes y puedes comer porque entrenas.